De vuelta en medio de todo este caos

By Ana Ruiz - abril 15, 2020


Cuando escribí el último post, no podía imaginarme la que nos venía encima tan sólo un mes y medio después. Por aquel entonces, mis preocupaciones eran otras, que a día de hoy algunas siguen estando ahí, pero la verdad es que las he puesto en el plano que le corresponden, y es que cuando te ves en medio de una pandemia mundial, tus prioridades y preocupaciones cambian, y aprendes a mirar el mundo a través de otro cristal.



Esta pandemia nos ha hecho frenar en seco, y nos ha obligado a mirar el mundo a través del cristal de nuestro hogar. Y para una controladora nata como yo, le está enseñando a que no tenemos el control de todo, que las cosas cambian de la noche a la mañana, que mejor disfruta hoy y preocupate mañana si hay de que preocuparse y de no haber de que preocuparse sigue disfrutando. La incertidumbre a no saber como va evolucionar la situación nos hace vivir con angustia, pero en toda situación por horrible que sea, siempre hay algo bueno que podemos sacar. Y esto es lo que me he propuesto, sacar la parte buena de todo esto y aprender a vivir de forma más calmada y desde otra perspectiva.


Nuestra casa ha pasado de ser una casa, a ser espacio de trabajo, colegio, zona de juegos, hogar, y cada uno tiene su realidad, la nuestra es que todo y todos tenemos que convivir en un espacio muy pequeño, y esto hace que haya días más complicados que otros. 
Poco a poco hemos ido aprendiendo a convivir todos juntos, a realizar las tareas en conjunto y en definitiva estamos aprendiendo a encontrar un equilibrio para llevarlo todo lo mejor posible.
Durante estas semanas también hemos aprovechado para hacer cosas nuevas todos juntos. 


Hacer galletas se ha convertido en un plan divertido después de comer y así luego merendamos todos juntos.


El coranavirus nos ha regalado tiempo en familia, tiempo que antes íbamos rascando poco a poco, y que ahora podemos disfrutar todos juntos.
Yo por mi parte, me he dado cuenta que puedo hacer deporte con dos terremotos revoloteando a mi alrededor, con lo que me he demostrado a mi misma, que hasta la fecha, todo lo que me decía a mi misma eran excusas para no ponerme al lío. Hay días mejores y días en los que tengo que parar el vídeo más veces, pero al final consigo hacer deporte y sudar, que es de lo que se trata.


También estoy sacando más ratos para mí, me he propuesto firmemente mimarme y cuidarme un poquito cada día. 
Lo de vestirme lo llevo regular, aunque intento ir decente todos los días, es cierto, que no soy persona de ir con vaqueros por casa, no le termino de pillar el rollo, así que me he hecho con un par de conjuntos monos para estar en casa, y así no verme hecha un desastre. Las primeras semanas sí me vestía con ropa de calle, pero si os soy sincera, la pila de la ropa de plancha no hacía más que subir, y mi lado práctico gano la batalla. 
Otra de las cosas que he hecho estos días, ha sido bajar mi nivel de exigencia, cuando me organizo el día intento ponerme objetivos sencillos, con el teletrabajo de Fer, las peques, hacer de profe por las mañanas con Ana, la casa, Olivia... pues ponerme objetivos muy altos no sirve de nada, sólo para frustrarme al final del día por todo lo que no he llegado a hacer. Así que desde hace unas semanas, objetivos más pequeños pero realizables.


¿Cosas que tengo pendientes durante esta cuarentena que aún no he hecho?, el temido cambio de armario. Sí, posiblemente muchas de vosotras ya lo habréis hecho, yo me lo propuse hace semanas, me imaginaba que esta situación se alargaría, y entonces bajé mi nivel de exigencia y decidí dejarlo para más adelante, total no hay prisa.


También me he concedido días de no hacer nada, como el lunes de pascua, estuve toda la mañana haciendo nada, y oye, no está nada mal. Al mismo tiempo, también intento hacer esas pequeñas cosas que me dan calma y paz, e intento hacerlas estando presente y disfrutando de hacerlas.
He aprendido que si yo estoy bien, si veo los días con alegría, todo en casa fluye mejor, las niñas están más calmadas y sobrellevan mejor esta situación, que aunque se han adaptado genial, están necesitadas de aire, espacio libre y sol.


Otra de las cosas que he retomado ha sido la lectura, y al mismo tiempo desconecto mucho más del móvil, he pasado días de no encenderlo y no estar pendiente de las RRSS, la hora, y el WhatsApp, y la verdad es que todo ha fluido mucho mejor y yo he estado mucho más presente en casa.
Ojo! también ha habido días de ansiedad, de ver las cosas negras y no ver la luz al final del túnel. Pero al final, esto que está pasando es algo que se escapa de nuestras manos, y es cierto que cada hogar tiene unas circunstancias y unas preocupaciones, pero sea como sea, esto que pasa no es algo que dependa de nosotros ni que podamos solucionar. Lo que sí está en nuestras manos es llevar esta situación lo mejor posible y hacer un aprendizaje de toda esta situación, y salir de esta mucho más reforzados y mejor persona.


¿Uno de mis sueños para cuando acabe todo esto?, una casa con jardín, para andar descalzos por la tierra y poder plantar flores y frutas. Ya llevaba tiempo pensando que sería genial poder vivir en medio del campo, tener espacio para correr, para estar en contacto con la naturaleza. Pero después de este aislamiento, donde los metros cuadrados son vida, tengo claro que si tenemos la oportunidad de cambiar yo diré sí.
Me he propuesto retomar las publicaciones, si he conseguido dar pequeños pasos, he pensado que ya estoy en el siguiente nivel. Así que de momento iré publicando tres días a la semana, y luego ya veremos, soy consciente de que no voy a llegar más. 
Así que si aún estás al otro lado, nos vemos el viernes a las 8, café en mano para empezar el día, te espero.
Un beso muy fuerte y feliz miércoles.
Ana 

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